Fecha de actualización: marzo 30, 2022
Si tienes claros los recursos inmediatos con los que cuenta tu empresa te será más fácil proyectar su crecimiento. Conoce la importancia del capital circulante y la mejor manera de aumentarlo.
El capital circulante, capital de trabajo o fondo de maniobra, como se le conoce, es un elemento clave que no puedes perder de vista si quieres ser competitivo y mantener encendido el motor del crecimiento en tu empresa.
Se le conoce también bajo el nombre capital corriente, y exige no solo tener siempre muy claro con qué activos de este tipo se cuenta, sino también las necesidades a futuro.
Profundicemos en el concepto.
Son los bienes de la empresa que se pueden convertir en dinero en cualquier momento para cubrir gastos de operaciones, pagar deudas, entre otros.
Entre los elementos del capital circulante se consideran los dineros en caja mejor, los saldos en cuentas corrientes o de ahorros, las divisas o los inventarios de insumos y materias primas, entre otros.
Las características principales de un activo circulante son:
Su disponibilidad inmediata o a corto plazo.
Si se utiliza en algún proceso productivo deja de estar disponible.
Por ello, el término, también conocido como fondo de maniobra, se refiere principalmente al dinero corriente a tu disposición para los gastos inmediatos.
Pero, en un sentido más amplio, contempla también insumos de un solo uso en diversas industrias (como hilos, harina, tornillos, entre otros).
Esa es la diferencia entre el capital circulante y el fijo, ya que este último sigue estando disponible luego de su uso (es el caso de la maquinaria y los carros para trabajar.
Dinero en caja menor, saldo en cuentas corrientes o de ahorros, divisas, CDT, inventarios e insumos y materias primas, entre otros, hacen parte de los activos circulantes.
Para realizar la fórmula del capital circulante, primero debes sumar los activos que puedes convertir en dinero circulante en menos de 12 meses. Luego, resta los pasivos circulantes, es decir, las deudas que debes pagar en un período inferior a un año).
Si en el cálculo del capital circulante obtienes un resultado negativo, puedes estar en riesgo de ir a la quiebra y debes replantear algunos gastos. Por el contrario, un capital circulante positivo, te permitirá tomar una serie de decisiones beneficiosas para tu empresa.
Por ello, una vez que entiendes cómo hallar el capital circulante, es más sencillo relacionar este concepto con todo lo que te permite hacer para ser más competitivo en tu industria. Entre otras cosas te ayuda a:
Proveedores y distribuidores hacen parte de tus socios comerciales para sacar adelante el negocio. Aprovecha las buenas relaciones que tengas con ellos y negocia mejores precios, plazos de pago y tasas de interés.
Puedes empezar por revisar la política de vehículos de tu empresa y determina la mejor manera de suplir necesidades como el transporte ejecutivo. Si rentas o alquilas automotores reduces gastos en mantenimientos y repuestos.
Analiza si es viable financiar a corto plazo la compra de maquinaria, el arriendo de un local o la contratación de empleados. Puede que estos gastos requieran de un crédito a largo plazo o, por el contrario, se puedan cubrir con recursos corrientes.
La exención de IVA y aranceles incluidos en la Ley de movilidad eléctrica y sostenible, por ejemplo, permite ahorrar dinero al usar vehículos eléctricos y optimizar el gasto en logística y transporte.
De esta manera, puedes empezar a sacar un mayor provecho de los recursos inmediatos que pueden dar mayor músculo financiero a tu negocio. ¿Estás listo para seguir creciendo?
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