Fecha de actualización: Febrero 11, 2022
Hay que tener claro que los desarrollos tecnológicos presentes han cambiado la relación de las personas con sus necesidades. Ahora las soluciones no siempre contemplan la necesidad de la compra.
Consumir ya no es lo que solía ser. La tecnología permitió la aparición de nuevas tendencias de mercado impensables hace un par de décadas. Consumidores y propietarios de bienes se relacionan hoy de manera diferente.
Aplicaciones, plataformas móviles, servicios de pago por uso… No necesitamos comprar un disco, tenemos Spotify; ya no compramos un dvd, tenemos Netflix. El control está, cada vez más, del lado de las personas, no de las empresas.
Mientras más gente comprende que el disfrute o los beneficios no surgen de los bienes o los activos, sino de las experiencias generadas a partir de estos, el pago por uso gana espacio en el mundo.
La movilidad también hace parte de estas tendencias, que son también oportunidades de negocio e inversión. Buscas un carro para tener libertad, no para que te ate; para viajar, no para preocuparte por los gastos que implica tenerlo. Viajas, pero no quieres verte obligado a pagar por lujos en hoteles que no vas a usar. Tienes Uber, tienes Airbnb.
No lo vieron venir los promotores de la acumulación, pero el modelo económico forjado alrededor del poseer ha ido cambiando.
Con estas nuevas prácticas rentables, las personas no solo deciden lo que quieren usar y consumir, sino también cuándo hacerlo. Y lo más importante: sin estar supeditadas a horarios de servicio o parrillas de programación.
Estamos cambiando el uso de los servicios. Por ejemplo, Airbnb ha sido el canal para encontrar hospedaje para 500 millones de personas en cerca de 65.000 ciudades, según la revista Forbes.
Rappi, la empresa de origen colombiano, encontró la manera de solucionar una demanda de la gente por medio de una aplicación para los teléfonos móviles. Hasta ahí, nada extraño. Lo disruptivo de este modelo es, en parte, que presta el servicio a través de una flota de motos y bicicletas de las que no son dueños. Poseer todo no es ya parte del éxito.
Solo el año pasado, Rappi facturó $77.227 millones y entregó siete veces más cantidad de productos que en 2017, de acuerdo con información recogida por El Tiempo.
Es en Estados Unidos y Europa donde más se nota ese desplazamiento sobre la percepción de la acumulación de bienes como símbolo de estatus. Y es allí donde se inscribe la figura del renting como una opción de contar con un vehículo.
“Es una tendencia mundial que está cogiendo mucha fuerza: el pago por uso de un bien, en este caso un vehículo”, explica Andrea Quiroz, líder de mercadeo de Renting Colombia.
Piénsalo: pagas una cuota mensual por un carro en perfectas condiciones, sin pensar en que debes pagar impuestos, seguros y revisiones, intereses del crédito que posiblemente solicitaste, más la realidad de la pérdida de valor del vehículo cuando lo quieras vender.